Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

miércoles, 31 de diciembre de 2014

ORACIÓN PARA EL AÑO NUEVO


“Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.

Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.

Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.

Por todos mis olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te pido perdón.

A pocos minutos de iniciar un nuevo año, detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.

Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. 

AMÉN.”


martes, 30 de diciembre de 2014

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS 2015

Dentro de los actos que organiza el EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO, dentro de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, este año contamos con la suerte y el honor de poder escuchar a un gran teólogo y un importante ecumenista, el Profesor Dr. D. Pedro Langa. Que impartirá una conferencia con el título: "LA GRAN APUESTA DE LA IGLESIA CATÓLICA POR EL DIÁLOGO CON LAS OTRAS RELIGIONES: CINCUENTENARIO DE LA NOSTRA AETATE".

Será el viernes día 23 de enero de 2015, a las 20'00 horas en la Casa de la Cultura "Antonio Durán Gudiol" de Sabiñánigo. Queremos compartir con todos vosotros esta gran noticia e invitaros a todos a este acto.



lunes, 29 de diciembre de 2014

«JESÚS DICE:"DAME DE BEBER"» (Jn 4, 7)

Mensaje de los obispos de la

Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española


La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es una iniciativa a la que se adhieren la mayoría de las Iglesias y confesiones cristianas y que se viene celebrando desde 1908. A través de estos años ha venido configurándose como una cita anual que nos damos los cristianos de todo el mundo para rezar por nuestra plena unidad visible según el deseo de Jesús, expresado en su oración a Dios Padre en la sobremesa de la última Cena: «Que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea» (Jn 17, 21). La Iglesia católica participa en la preparación y la promoción de la Semana de la Unidad a través del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, que edita cada año los materiales conjuntamente con la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias, órgano este último que es una de las expresiones más importantes del movimiento ecuménico, englobando actualmente a más de 300 Iglesias y comunidades cristianas, incluidas la mayoría de las ortodoxas y gran número de anglicanas, bautistas, luteranas, reformadas, unidas e independientes. Complace mucho a esta Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española que estas dos instituciones que representan a la mayoría de los cristianos le encomienden la versión oficial española de los materiales de la Semana de Oración por la Unidad que utilizan los hispanohablantes de las distintas denominaciones.

Desde 1975 los materiales para esta Semana son inicialmente propuestos por un grupo ecuménico local y asumidos después por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias. Este modo de proceder permite que conozcamos y hagamos nuestros los anhelos y esfuerzos ecuménicos de unos cristianos que viven en una determinada situación y lugar, rezando por ellos y con ellos por la unidad de todos los discípulos del Señor. Para la Semana 2015 los materiales han sido inicialmente elaborados por un grupo de trabajo creado por el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (CONIC), con la activa participación del Centro Ecuménico de Servicios de Evangelización y Educación Popular (CESEP) y del Centro Ecuménico de Estudios Bíblicos (CEBI). La situación religiosa y cultural de Brasil está, por tanto, muy presente en los materiales de este año, como también el método de lectura «contextual» o «popular» de la Biblia que promueve el CEBI.

En los últimos años en Brasil han surgido muchas pequeñas comunidades cristianas de carácter pentecostal o evangélico que compiten entre sí para tener más fieles, más presencia en los medios de comunicación y más subvención estatal. Esta competencia lleva a veces a considerar a las otras comunidades cristianas como adversarias con las que es mejor no tener ningún trato y de las que no hay nada que aprender, haciendo que se marquen bien las diferencias. De ahí que el texto bíblico de referencia pare este año y el lema han sido elegidos para exhortarnos a dejar atrás una mentalidad competitiva entre las Iglesias y comunidades cristianas y a adoptar una actitud que valore la complementariedad y reconozca la necesidad que tenemos los unos de los otros.

En el encuentro entre Jesús y la mujer samaritana junto al pozo de Jacob que narra el evangelista Juan en su escrito (Jn 4, 1-42) y que constituye el texto bíblico de referencia para este año, Jesús, cansado del viaje, pide a la mujer agua: «Jesús le dice: “Dame de beber”» (Jn 4, 7). Sin embargo, Jesús también dirá poco después que él le pueda dar a ella «agua viva», un agua que se convertirá dentro de ella en un «surtidor de agua que salta hasta la vida eterna» (Jn 4, 14). De este modo, en la propuesta de oración para este año se nos invita a probar agua de un pozo diferente y a dar un poco de la nuestra, es decir, a saber reconocer y valorar el don de Dios y las riquezas y valores que están presentes en los demás, a compartir, a darnos cuenta que la diversidad no es una amenaza, sino que puede convertirse en una riqueza. A lo largo de los ocho días de oración se va desmenuzando esta propuesta a través de la proclamación del Dios uno y trino que nos ha creado a su imagen, de la denuncia de situaciones de pecado que causan discriminaciones injustas, de la renuncia a actitudes pecaminosas que excluyen a los demás y del testimonio común de la bondad de Dios.

Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales deseamos exhortar a todas las diócesis españolas a través de las delegaciones de ecumenismo y diálogo interreligioso a utilizar estos materiales y a organizar, junto con las demás Iglesias y comunidades cristianas presentes en su territorio y de acuerdo con las circunstancias locales, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos como una cita anual importante que expresa nuestra confianza en el poder de la oración y nuestro deseo de acoger, cuando el Señor quiera, por los medios que él quiera y como él quiera, el don de la plena unidad visible de todos los cristianos.

Un acontecimiento de mucha trascendencia ecuménica e interreligiosa que ha tenido lugar el año pasado y que no podemos dejar de mencionar en este mensaje ha sido la peregrinación del papa Francisco a Tierra Santa con ocasión del 50 aniversario del encuentro en Jerusalén entre el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras. Ha sido un viaje lleno de gestos y palabras que tuvo un epílogo en su encuentro en los jardines vaticanos con los presidentes de Israel y de la Autoridad Nacional Palestina el domingo 9 de junio para rezar por la paz. En la Declaración Conjunta, firmada en Jerusalén por el papa Francisco y el patriarca ecuménico Bartolomé I el 25 de mayo 2014, después de constatar la importancia del abrazo que se dieron el papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras hace 50 años que preparó el camino para «remover de la memoria y de la mente de las Iglesias las sentencias de mutua excomunión de 1054», se afirma lo siguiente:

«Aun siendo plenamente conscientes de no haber alcanzado la meta de la plena comunión, confirmamos hoy nuestro compromiso de avanzar juntos hacia aquella unidad por la que Cristo nuestro Señor oró al Padre para que “todos sean uno” (Jn 17, 21). Con el convencimiento de que dicha unidad se pone de manifiesto en el amor de Dios y en el amor al prójimo, esperamos con impaciencia que llegue el día en el que finalmente participemos juntos en el banquete eucarístico. En cuanto cristianos, estamos llamados a prepararnos para recibir este don de la comunión eucarística, como nos enseña san Ireneo de Lyon (Adv. haer., IV, 18, 5: PG 7, 1028), mediante la confesión de la única fe, la oración constante, la conversión interior, la vida nueva y el diálogo fraterno. Hasta llegar a esta esperada meta, manifestaremos al mundo el amor de Dios, que nos identifica como verdaderos discípulos de Jesucristo (cf. Jn 13, 35)».

Junto a esta importante peregrinación a Tierra Santa, cuyo motivo principal fue ecuménico, también en los demás viajes realizados por el santo padre a lo largo del año pasado, como el de Corea, el de Albania y muy especialmente el de Turquía, la preocupación por la unidad de los cristianos y el diálogo entre la religiones siempre ha estado en primer plano. Lo mismo vale para muchos de sus discursos y encuentros con representantes de otras Iglesias y religiones. Cabe destacar la cercanía y cordialidad mostrada por el papa Francisco con los pastores y las comunidades cristianas del ámbito pentecostal y evangélico, tanto en Italia como en otros lugares del mundo, a los que ha ido a visitar o a las que ha enviado mensajes con motivo de sus reuniones.

Todo esto nos llena de ilusión y nos mueve con más fuerza, si cabe, a esforzarnos en nuestro cometido a favor de la unidad de los cristianos y del diálogo interreligioso, conscientes de la importancia que esto tiene para el sucesor de Pedro. Deseamos que esta ilusión y ganas de trabajar se haga también presente en las delegaciones diocesanas en las que a veces puede hacer mella el desánimo y la desilusión por la dificultad de la tarea y la falta de recursos. La celebración de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año constituye una buena oportunidad para renovar nuestra ilusión y nuestro compromiso.

Hay también otros aniversarios que estamos celebrando estos meses que pueden constituir una buena ocasión para reforzar nuestras actividades ecuménicas y de diálogo interreligioso. Este es el caso, por ejemplo, de los 50 años de los documentos del Concilio Vaticano II más relacionados con nuestra labor, como la constitución Lumen gentium, el decreto Unitatis redintegratio y las declaraciones Dignitatis humanae y Nostra aetate. Estos dos últimos fueron promulgados a finales de 1965 y podría ser oportuno organizar algún acto con este motivo, quizás conjuntamente con las instituciones académicas presentes en las diócesis.

No podemos terminar este mensaje sin mencionar con mucho dolor e indignación la triste realidad de la persecución y discriminación de cristianos de todas las denominaciones en muchos países de Oriente Medio, África y Asia de mayoría musulmana. Hemos denunciado esta barbarie en nuestros anteriores mensajes, pero esta no ha hecho más que aumentar en ferocidad y en extensión, dándose en muchas regiones que han sido cuna del cristianismo y que vieron el florecimiento de importantes comunidades cristianas en los primeros siglos de nuestra era, que forjaron una rica cultura que es patrimonio de todos. Ahora, olvidando la que ha sido la historia de estas regiones, despreciando su cultura originaria, ignorando el derecho fundamental a la libertad religiosa, se discrimina a los cristianos, se les niega el derecho de ciudadanía al mismo nivel que los demás, se les persigue y se cometen contra ellos las peores atrocidades con casi total impunidad. Muchos cristianos han sido asesinados y muchas familias han tenido que abandonar sus ciudades, casas y templos, quedando la presencia cristiana en estos lugares diezmada o extinguida por completo. Todo esto no puede dejar indiferente a nadie de buena voluntad y menos a los que compartimos la misma fe, unidos más que nunca por ese «ecumenismo de la sangre», como tan acertadamente lo ha llamado el papa Francisco. Condenamos todo esto con la mayor firmeza, pedimos encarecidamente a todos los que pueden hacer algo, también a nuestros hermanos musulmanes, que pongan fin a esta barbarie, y nos comprometemos como pastores y cristianos a mostrarles nuestra cercanía afectiva y efectiva. ¡Que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2015 impulse a todos los cristianos hacia la unidad visible tan deseada por el Señor y nos lleve a una solidaridad real con los hermanos nuestros que sufren persecución a causa de su fe y a comprometernos con ellos por la libertad y la paz!

Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Hoy: NOCHEBUENA

NOCHEBUENA, NOCHE DE PASTORES

Mientras se encontraban José y María en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: "No temáis, porque os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto os servirá de señal: encontraréis a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre"
Junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!"
Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: "Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado". 
Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. 
Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. (Lucas 2, 6 - 20)




“La unidad es un camino que se debe hacer, y
se debe hacer juntos; es el ecumenismo
espiritual, rezar juntos, trabajar juntos. Y luego
está el ecumenismo de la sangre: cuando se
mata a los cristianos, la sangre se mezcla.
Nuestros mártires están gritando: 
‘¡Somos uno!”.
Papa Francisco. 30 de noviembre de 2014.


martes, 23 de diciembre de 2014

En la antesala de la Navidad

La Navidad fue siempre 
fiesta de los niños


Villancico del beso

Caminito de Belén,
voy con flores de cariño
hasta el establo del Niño
por besar allí a mi Bien.

En frías pajas dormido
yace el Rey de las estrellas,
me regalo todo en ellas
y beso al recién nacido.

Él se despierta y me mira
con tal sonrisa y ternura
que de su eterna hermosura
hasta el corazón se admira. 

Juntitos así los dos,
de tal modo su bondad
me llena de Navidad,
que por ella veo a Dios.


Pedro Langa Aguilar, OSA 
Navidad 2014






lunes, 22 de diciembre de 2014

V Centenario de la Reforma


El Papa Francisco anuncia que luteranos y católicos conmemorarán juntos, en 2017, el V Centenario de la Reforma

  • "Recorremos juntos el camino de la amistad, del respeto mutuo y de la investigación teológica"
  • Ambas confesiones pedirán "perdón al Señor Jesucristo por las culpas recíprocas"
Encuentro Luterano - Católico

El diálogo oficial entre luteranos y católicos está en marcha desde hace casi cincuenta años y los progresos logrados en este medio siglo ''constituyen un sólido fundamento para de amistad sincera vivida en la fe y en la espiritualidad'', constató el Papa Francisco recibiendo esta mañana a una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana Alemana, en visita ecuménica a Roma.

A pesar de las diferencias teológicas que persisten en diversas cuestiones de fe, la colaboración y la convivencia fraterna caracterizan la vida de las Iglesias y comunidades eclesiales católicas y luteranas, comprometidas en un camino ecuménico común, y textos conjuntos como la "Declaración Común sobre la Doctrina de la Justificación" entre la Federación Luterana Mundial y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, firmada oficialmente hace quince años en Augsburg, ''son -dijo el Pontífice- piedras angulares, que permiten seguir con confianza el camino emprendido''.

Encuentro del Papa Francisco con representantes Luteranos

Y aunque el objetivo común de la unidad plena y visible de los cristianos a veces parezca alejarse a causa de diferentes interpretaciones sobre lo que es la Iglesia y su unidad, es necesario no ceder a la resignación sino concentrarse en el próximo paso posible. '

'No olvidemos -recalcó el Papa- querecorremos juntos el camino de la amistad, del respeto mutuo y de la investigación teológica; un camino que nos hace mirar con esperanza al futuro. Por eso el pasado 21 de noviembre las campanas de todas las catedrales de Alemania tocaron para invitar a todos los hermanos cristianos a un servicio litúrgico común por el quincuagésimo aniversario de la promulgación del Decreto Unitatis Redintegratio del Vaticano II''.

El Papa Francisco manifestó su complacencia porque la Comisión de diálogo bilateral entre la Conferencia Episcopal Alemana y la Iglesia Evangélica Luterana de Alemania están a punto de terminar un trabajo dedicado a "Dios y la dignidad del hombre", y subrayó la gran actualidad de ''los temas relacionados con la dignidad de la persona humana en el principio y el final de su vida, así como las relacionadas con la familia, el matrimonio y la sexualidad, que no pueden ser excluidos o dejados de lado solo porque no se quiere poner en peligro el consenso ecuménico alcanzado hasta el momento. Sería una pena que, en temas tan importantes relacionados con la existencia humana, hubiera nuevas diferencias confesionales''.

Con Luteranos Alemanes

''El diálogo ecuménico ya no puede separarse hoy de la realidad y de la vida de nuestras iglesias. En 2017 los cristianos luteranos y católicos conmemorarán conjuntamente el quinto centenario de la Reforma. En esa ocasión ambos tendrán, por primera vez, la oportunidad de compartir la misma conmemoración ecuménica en todo el mundo, no como una celebración triunfalista, sino como una profesión de nuestra fe común en el Dios uno y trino. El fulcro de este evento serán, por tanto, la oración en común y la petición de perdón al Señor Jesucristo por las culpas recíprocas, junto con la alegría de compartir y recorrer juntos un camino ecuménico. De este hecho es muestra significativa el documento elaborado por la Comisión luterano-católica para la Unidad y publicado el año pasado "Del conflicto a la comunión. La conmemoración conjunta luterano-católico de la Reforma en 2017 ". ¡Que esta conmemoración -finalizó el Papa- nos lleve a todos a dar, con la ayuda de Dios y el apoyo de su Espíritu, nuevos pasos hacia la unidad y a no limitarnos sólo a lo que ya hemos logrado!''.


FUENTE:
www. periodistadigital.com


domingo, 21 de diciembre de 2014

Carta de Navidad 2014

NAVIDAD - 2014 

SÍ, TENGO UN SUEÑO


Sí, tengo un sueño, no un programa. Esto pensaría el buen Padre al querer que su Hijo se hiciese carne entre nosotros. Necesitamos de Alguien que nos inspire y nos haga partícipes apasionados de un sueño y no de un liderazgo que exija simplemente sumisión a un plan preestablecido y nos convierta en forzados colaboradores que solo se atienen a lo contratado. Necesitamos testigos a quienes seguir, no por obligación sino por deseo, no porque “tenemos que”, sino porque “queremos”. Ésta fue la intención de Dios al hacer posible que su Hijo se agachase para bajar y para enseñarnos a vivir sabiendo soñar. 

Sí, tengo un sueño que al despertarme compruebo que no coincide con la realidad del mundo. Sueño con la sonrisa de los niños, la alegría de los jóvenes, la madurez de los adultos que abren sus brazos para amar a las personas con quienes se topan y con mayores que han dejado el sudor en el surco de la vida. Y me encuentro con “programas” para poder atender a los niños que siguen pasando hambre y están tristes, con muchos jóvenes con los brazos caídos porque no descubren el futuro, con adultos que echan la vista atrás y adelante y no saben qué dirección tomar y con todos esos mayores que desde muy niños dejaron mojada la tierra con su sudor en el duro trabajo y ahora se encuentran solos.

Sí, tengo un sueño, que el mundo trabaje y crezca en aquello que cree aunque le cueste sangre, sudor y lágrimas; y descubro el “programa” que para gran parte de nuestro mundo es realizar su trabajo sólo por dinero o por fama.

Sí, tengo un sueño, aparentemente tan sencillo y obvio como que el Hijo de Dios se ha hecho carne en un portal de Belén, para compartir con los niños, jóvenes, adultos y mayores la Vida. Sí, la vida de Dios que se encarna en la sonrisa de un niño, en el ímpetu del joven, en la sensatez del adulto y en el corazón agradecido del mayor. 

Sí, tengo un sueño, que los distintos líderes del mundo rompen los programas interesados y egoístas del éxito inmediato y tienen como objetivo ayudar a los hombres a los que están llamados a servir. 

Sí, tengo un sueño, que al despertarme puedo ver que la tierra es realmente la casa de todos donde podemos saludarnos y abrazarnos, porque todos tenemos la misma dignidad y somos hijos del mismo Padre.

El Papa Francisco es un experto en “soñar” con sus gestos de cercanía, con su forma de aparecer y de relacionarse. Con todo ello nos está invitando a vivir una Navidad donde soñemos que Dios nos ama tanto, que quiere quedarse con nosotros y entre nosotros, porque Dios “sueña con cada uno de nosotros” y sueña que somos felices.

Sí, soñemos todos. Soñemos en esta Navidad, veamos la sonrisa de Dios encarnada en el Niño que quiere quedarse entre nosotros solo por amor. Si conociéramos el don de Dios, todos los días serían Navidad.

Feliz Navidad te desea,

Fernando Jordán Pemán
sacerdote católico párroco Iglesia Inmaculado Corazón de María
JACA


sábado, 20 de diciembre de 2014

NUESTRA FELICITACIÓN 2014 - 2015


Han pasado poco más de dos mil años, pero si hubiese sido uno de aquellos pastores que cuidaban el rebaño, reunidos alrededor del fuego en aquella vigilia de la noche, tras una ardua jornada de quehaceres, hablando tal vez del Mesías prometido y de la restauración del pueblo de Dios, mientras jugueteaba con las brasas con mi cayado, me hubiese quedado estupefacto cuando:

"de pronto se les presentó el ángel del Señor, y la claridad de Dios los cercó de resplandor. Y tuvieron gran temor" Lucas 2: 9.

Puesto en pie de golpe sin comprender nada, con el corazón latiendo a un ritmo increíble y agarrado fuertemente a la única defensa posible, mi vara de pastor; sí, sin duda, yo también me habría asustado. Literalmente estaría "pasmado".

"Pero el ángel les dijo: "No temáis, porque os traigo una buena noticia, que será de gran gozo para todo el pueblo; 
que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es Cristo, el Señor.
Y esto os será por señal. Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre" Lucas 2: 10-12

Estando todavía en estado de shock, sin salir del asombro ante la presencia del mensajero y del mensaje, oímos una

"multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: 
"Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, entre los hombres buena voluntad" Lucas 2: 13, 14

Nunca habría sido testigo de tanta grandeza y humildad a la vez. La luz, el mensajero, el coro... pero, un momento, ¿ha dicho un pesebre? Todo quedó a oscuras de repente, las brasas del fuego fueron de nuevo nuestra referencia y comenzamos a hablar todos a la vez. ¿Lo habéis oído? ¿El Salvador, el Cristo, el Señor, acostado en un pesebre?

Pues sí, habíamos oído bien, después de "ir a toda prisa", vers. 16, hasta Belén y de encontrar el lugar donde estaba el Mesías, y ver a María y a José, contamos aquello de lo que habíamos sido testigos y todos "se maravillaban", vers. 18, de nuestras palabras. Y volvimos junto a nuestro rebaño "alabando a Dios por todo lo que habíamos oído y visto..." vers. 20

Me emociona recordar este episodio, y no puedo dirigir a nuestros amigos unas palabras, en nombre del Equipo Ecuménico, sin tener en cuenta esta realidad del Adviento. Emanuel, Dios entre nosotros, Dios con nosotros. Si ahora nos alegramos cuando la familia se reúne en estas fechas, ¿qué no será cuando todos juntos estemos al lado del Salvador como una gran familia? Una familia redimida por Él y para Él.

Que la grandeza y la humildad de Dios sean una referencia constante en nuestras vidas.

Feliz Navidad y Feliz Año 2015

EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO















viernes, 19 de diciembre de 2014

REFLEXIÓN PARA NAVIDAD

¿ENCONTRARÁ SITIO?

por Jualián Ruiz Martorel, obispo católico romano de Jaca y de Huesca

Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.

El Señor se acerca, desea plantar su tienda entre nosotros, quiere habitar entre nosotros. Se aproxima como peregrino y solicita hospedaje. ¿Encontrará sitio?

Estamos muy ocupados y aturdidos. Son muchos los quehaceres que nos ocupan, nos preocupan y nos distraen. Tenemos muchas cosas que preparar. Hemos de seleccionar regalos apropiados para personas muy queridas. Revisamos la lista de las personas que nos felicitaron en Navidad el año pasado y siempre queda alguien cuya felicitación llegó con retraso y no recibió respuesta.

Tenemos que preparar las celebraciones, la música, la letra de nuestros mensajes, el tono de nuestra presencia. Y, en medio de tantas actividades, perdemos el horizonte y apenas disponemos de unos minutos para hacerle un lugar en nuestra vida al Señor que viene.

Experimentamos el cansancio tenso e insatisfecho de las actividades mal vividas, carentes de las motivaciones apropiadas, sin espíritu.

Hay muchos signos externos de fiesta y de consumo. Signos superficiales que desvían nuestra atención del misterio que nos disponemos a celebrar.

Vivimos inmersos en un relativismo práctico que consiste en “actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran” (Evangelii Gaudium 80).

¡Qué enorme ingratitud la de aquel pueblo que no acogió en sus hogares al Esperado de los tiempos! Vino a los suyos y los suyos no le recibieron. ¡Qué gran desprecio! ¡Qué falta de atención y de acogida!

Pero no son menores nuestra ingratitud, nuestro desprecio, nuestra desidia que nos impide crecer en atención y acogida.

Da la sensación de que no hay espacio para Dios, de que no disponemos de tiempo para abrirle las puertas de nuestra vida. Casi parece como un visitante inesperado e inoportuno.

“Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien” (Evangelii Gaudium 2).

Entre recuerdos nostálgicos y ensoñaciones fantasiosas no descubrimos la trascendencia de este “hoy” que se abre al Absoluto; mejor, de este hoy en el que el Absoluto quiere abrirse paso y solicita una amable respuesta y una cálida acogida.

El nacimiento del Señor nos invita a disfrutar del amor personal de Dios que se hace hombre, se entrega por nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su amistad.

Hemos de vivir con pasión el presente, para experimentar un amor apasionante y responder con apasionado amor. No podemos desaprovechar el momento oportuno, la ocasión favorable, el tiempo de gracia.

El Señor viene. ¿Encontrará sitio?

¡Que sí, que esta vez nos lo vamos a tomar en serio! En serio, pero con una alegría desbordante.

¡Que sí, que esta vez sí que encontrará sitio!

¡Feliz Navidad!

Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

Julián Ruiz Martorell
Obispo de Jaca y de Huesca


jueves, 18 de diciembre de 2014

TEXTO COMPLETO DE LA DECLARACIÓN CONJUNTA DEL PAPA FRANCISCO Y EL PATRIARCA BARTOLOMÉ

Declaración conjunta del Papa Francisco y el Patriarca Bartolomé

El domingo 30 de noviembre el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé firmaron una declaración conjunta en la que reafirman la voluntad de continuar el camino hacia la unidad de los cristianos, reconocieron “la importancia promover un diálogo constructivo con el Islam”, y llamaron a no resignarse a un Medio Oriente sin cristianos, a raíz de las persecuciones en Irak Siria.


Texto completo difundido por el Vaticano:

Nosotros, el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé I, expresamos nuestra profunda gratitud a Dios por el don de este nuevo encuentro que, en presencia de los miembros del Santo Sínodo, del clero y de los fieles del Patriarcado Ecuménico, nos permite celebrar juntos la fiesta de san Andrés, el primer llamado y hermano del Apóstol Pedro.

Nuestro recuerdo de los Apóstoles, que proclamaron la buena nueva del Evangelio al mundo mediante su predicación y el testimonio del martirio, refuerza en nosotros el deseo de seguir caminando juntos, con el fin de superar, en el amor y en la verdad, los obstáculos que nos dividen.

Durante nuestro encuentro en Jerusalén del mayo pasado, en el que recordamos el histórico abrazo de nuestros venerados predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, firmamos una declaración conjunta. Hoy, en la feliz ocasión de este nuevo encuentro fraterno, deseamos reafirmar juntos nuestras comunes intenciones y preocupaciones.

Expresamos nuestra resolución sincera y firme, en obediencia a la voluntad de nuestro Señor Jesucristo, de intensificar nuestros esfuerzos para promover la plena unidad de todos los cristianos, y sobre todo entre católicos y ortodoxos.

Además, queremos apoyar el diálogo teológico promovido por la Comisión Mixta Internacional que, instituida hace exactamente treinta y cinco años por el Patriarca Ecuménico Dimitrios y el Papa Juan Pablo II aquí, en el Fanar, está actualmente tratando las cuestiones más difíciles que han marcado la historia de nuestra división, y que requieren un estudio cuidadoso y detallado.

Para ello, aseguramos nuestra ferviente oración como Pastores de la Iglesia, pidiendo a nuestros fieles que se unan a nosotros en la común invocación de que ‘todos sean uno,... para que el mundo crea’.

Expresamos nuestra preocupación común por la situación actual en Irak, Siria y todo el Medio Oriente. Estamos unidos en el deseo de paz y estabilidad, y en la voluntad de promover la resolución de los conflictos mediante el diálogo y la reconciliación.

Si bien reconocemos los esfuerzos realizados para ofrecer ayuda a la región, hacemos al mismo tiempo un llamamiento a todos los que tienen responsabilidad en el destino de los pueblos para que intensifiquen su compromiso con las comunidades que sufren, y puedan, incluidas las cristianas, permanecer en su tierra nativa.

No podemos resignarnos a un Medio Oriente sin cristianos, que han profesado allí el nombre de Jesús durante dos mil años. Muchos de nuestros hermanos y hermanas están siendo perseguidos y se han visto forzados con violencia a dejar sus hogares. Parece que se haya perdido hasta el valor de la vida humana, y que la persona humana ya no tenga importancia y pueda ser sacrificada a otros intereses. Y, por desgracia, todo esto acaece por la indiferencia de muchos.

Como nos recuerda san Pablo: ‘Si un miembro sufre, todos sufren con él; si un miembro es honrado, todos se alegran con él’. Esta es la ley de la vida cristiana, y en este sentido podemos decir que también hay un ecumenismo del sufrimiento. Así como la sangre de los mártires ha sido siempre la semilla de la fuerza y la fecundidad de la Iglesia, así también el compartir los sufrimientos cotidianos puede ser un instrumento eficaz para la unidad.

La terrible situación de los cristianos y de todos los que están sufriendo en el Medio Oriente, no sólo requiere nuestra oración constante, sino también una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional.

Los retos que afronta el mundo en la situación actual, necesitan la solidaridad de todas las personas de buena voluntad, por lo que también reconocemos la importancia de promover un diálogo constructivo con el Islam, basado en el respeto mutuo y la amistad. Inspirados por valores comunes y fortalecidos por auténticos sentimientos fraternos, musulmanes y cristianos están llamados a trabajar juntos por el amor a la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y los derechos de todas las personas, especialmente en aquellas regiones en las que un tiempo vivieron durante siglos en convivencia pacífica, y ahora sufren juntos trágicamente por los horrores de la guerra.

Además, como líderes cristianos, exhortamos a todos los líderes religiosos a proseguir y reforzar el diálogo interreligioso y de hacer todo lo posible para construir una cultura de paz y la solidaridad entre las personas y entre los pueblos. También recordamos a todas las personas que experimentan el sufrimiento de la guerra.

En particular, oramos por la paz en Ucrania, un país con una antigua tradición cristiana, y hacemos un llamamiento a todas las partes implicadas a que continúen el camino del diálogo y del respeto al derecho internacional, con el fin de poner fin al conflicto y permitir a todos los ucranianos vivir en armonía.

Tenemos presentes a todos los fieles de nuestras Iglesias en el todo el mundo, a los que saludamos, encomendándoles a Cristo, nuestro Salvador, para que sean testigos incansables del amor de Dios. Elevamos nuestra ferviente oración para que el Señor conceda el don de la paz en el amor y la unidad a toda la familia humana. 

‘Que el mismo Señor de la paz os conceda la paz siempre y en todo lugar. El Señor esté con todos vosotros’.

El Fanar, 30 de noviembre de 2014.


miércoles, 17 de diciembre de 2014

ORACIÓN DE ADVIENTO




¡Oh Pastor de la Casa de Israel!,
trae a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo Eterno de la boca del Padre,
fuiste anunciado por labios de profeta.

¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!

El clamor de los pueblos se levanta.
Hijo de David, las naciones te esperan.
Queremos la llegada de tu Reino.
Ven a liberar del pecado a los pueblos.

¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!

Emmanuel, Salvador de las naciones,
eres esperanza del pueblo peregrino.
Sol naciente, esplendor de la justicia,
Tú nos salvarás con tu brazo poderoso.

¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!

Esperanza de una Mujer humilde:
Ella es la Virgen que pronto dará a luz.
Silenciosa, espera al Salvador:
llega ya la hora de la liberación.

¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA, HAZ GERMINAR AL SALVADOR!





martes, 16 de diciembre de 2014

Reunión del papa Francisco con el “Ejército de Salvación”

REUNIÓN DEL PAPA FRANCISCO CON EL “EJÉRCITO DE SALVACIÓN”


El Papa Francisco recuerda cómo su deseo de ecumenismo le llegó a los 4 años. 

Las autoridades del Ejército de la Salvación fueron recibidas el 12 de diciembre en el Vaticano por el Papa Francisco. Se trata de una asociación protestante con presencia en 126 países, donde desarrollan labores sociales en escuelas, casas para niños, albergues, programas de emergencia en caso de catástrofes, entre otras. 

El Santo Padre reconoció su labor y agradeció las buenas relaciones con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. “Católicos y salvacionistas, junto a otros cristianos, reconocen que los necesitados tienen un lugar especial en el corazón de Dios, tanto que el Señor Jesucristo se ha hecho pobre para nosotros”. 

En su discurso, Francisco recordó una anécdota que vivió a los cuatro años, en 1940: “Iba por la calle con mi abuela. En ese tiempo, la ida era que todos los protestantes iban al infierno. Desde el otro lado de la acera vinieron dos mujeres del Ejército de la salvación, con el sombrero que llevan ustedes. Y recuerdo como si fuera hoy que le dije a mi abuela: '¿esas quiénes son? ¿Monjas, hermanas?'. Y mi abuela me dijo: 'No. Son protestantes pero son buenas'. Y sí mi abuela, por su buen testimonio, me ha abierto la puerta al ecumenismo. La primera predicación ecuménica que he tenido fue ante ustedes”. 

“Muchas gracias”, dijo luego en inglés. 

El Pontífice recordó una vez más que la Iglesia está “en salida” y que es “la comunidad de discípulos misionarios que toman la iniciativa, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejamos”. 

Por otro lado, el Santo Padre dijo que ora para que “en el mundo de hoy todos los discípulos de Cristo ofrezcan su contribución con la misma convicción y el mismo dinamismo que el Ejército de Salvación demuestra y en su devoto y apreciado servicio”. 

Para el Papa, “la diferencia entre católicos y salvacionistas sobre cuestiones teológicas y eclesiológicas no deben obstaculizar el testimonio de nuestro amor compartido para Dios y para el prójimo, un amor que está en grado de inspirar enérgicos esfuerzos en el empeño de restaurar la dignidad de aquellos que viven a los márgenes de la sociedad”.




domingo, 14 de diciembre de 2014

Adviento sí, pero ¿qué Adviento?


Adviento sí, pero ¿qué Adviento?

Un texto de Ana Bou publicado en un Blog: 
"Un minuto para el encuentro"

Este año me planteaba si compartir con vosotros en este minuto algo sobre el Adviento. Primero porque todo el mundo lo hace y segundo porque hablar de adviento es hablar de futuro, de esperanza, de la posibilidad de cambio, de ilusión… y me cuestionaba si de verdad sentimos el momento litúrgico en el que nos encontramos, o simplemente el hecho de que el calendario lo marque significa que tenemos que sentirnos con ánimo y fenomenal… pues creo que no es así, que es algo más profundo…

Es verdad que el Adviento nos regala una nueva oportunidad para mirar a nuestro alrededor y unirnos a quienes peor lo están pasando, que se note entonces nuestra cercanía, nuestro estar ahí, nuestra escucha, nuestra presencia física, si esto es así, entonces sí podremos estar hablando del verdadero Adviento.

Empecemos en la medida que nos sea posible a caminar, a vivir este tiempo, pero pensando un poco más en los demás y menos en nosotros, porque eso ya lo hacemos durante todo el año…

Un minuto para el encuentro:



jueves, 11 de diciembre de 2014

ORACIÓN BREVE


Espíritu Santo, tú conoces nuestra espera profunda, y quieres que nos alegre, no que nos entristezca. Así, nos haces entender que en Dios existe una espera más ardiente aún, estar en comunión con nosotros. AMEN.
Comunidad de Taizé


martes, 9 de diciembre de 2014

MENSAJE DE NAVIDAD

Mensaje de Navidad de Joel Cortés, presidente de la Comisión Permanente de la Iglesia Evangélica Española


“Cuán hermosos son sobre los montes
los pies del que trae alegres nuevas paz,
del que trae nuevas del bien.
del que publica salvación,
del que dice a Sión: <<¡Tu Dios reina!>>
(Isaías 52:7)



Estas bellas palabras de Isaías también nos recuerdan este tiempo de Adviento, en el que esperamos el anuncio de la paz y la buena nueva que traerá el anuncio del nacimiento de Jesús.


Hay un matiz importante que introduce el texto en relación con este “anuncio” y que tiene que ver con la liberación de un pueblo cautivo en una Babilonia que les oprime y que les ha llevado al borde de la desesperación. Lo sorprendente estriba en que, en nuestro texto, apenas se deja lugar para el lamento; todo el énfasis está puesto en la esperanza de futuro, en levantarse y andar lejos de todo lo inmundo que les rodea.

No resulta muy difícil establecer paralelismos con nuestra situación actual, aquí y ahora. Nuestra experiencia reciente ha puesto de manifiesto que las Babilonias se reproducen en la historia de la humanidad. La tentación en la que podemos caer es la de dar prioridad al lamento y la queja y, de manera sutil, apartarnos de la voluntad de liberación, de levantarnos y cambiar el mundo que nos rodea. ¡Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda!, ¡Salid de en medio de ella…! (Isaías 52:11). Tal es el grito radical del profeta invitando a abandonar la opresión a la que está sometido su pueblo.

Cada vez es más fuerte ese sentimiento, ampliamente compartido por una mayoría de la población, de que es necesario levantarse, actuar y hacernos protagonistas de un cambio que alumbre un mundo totalmente distinto.

Nadie puede quedarse instalado en la pasividad y aceptar la injusticia y el mantenimiento de unas estructuras de sometimiento. El anuncio de la Buena Nueva, de este Jesús que viene a nuestro encuentro, debe ser una invitación a dejar el lamento y la queja para proclamar y vivir los valores del Reino de Dios.

En este sentido va el texto que inspirará al lema de nuestro próximo Sínodo, que se celebrará en Octubre 2015: “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz(Santiago 3:18).

Se trata de la voluntad de expresar, como Iglesia, la intención de implicarnos de forma activa en un mundo que deje atrás la injusticia y donde la paz sea posible, e integrar en nuestro pensamiento y en nuestra acción este grito radical del profeta invitando asalir de los caminos que solo traen desolación.

De nuevo, la Navidad nos trae una palabra de aliento que nos recuerda el sentido de nuestra vida, y con ella un deber y una esperanza irreductibles que no dejan lugar a ningún lamento.

Porque no saldréis apresurados ni iréis huyendo, porque el Señor irá delante de vosotros y vuestra retaguardia será el Dios de Israel” (Isaías 52:12)

Joel Cortés,
 presidente de la Comisión Permanente de la Iglesia Evangélica Española