miércoles, 14 de febrero de 2018

CARTA DE CUARESMA 2018

UN DIOS QUE ESTÁ MUY CERCA DE NOSOTROS


CUARESMA 2018
por Fernando Jordán Pemán

Queridos amigos:

Envueltos en la crisis religiosa de la sociedad moderna, nos hemos habituado a hablar de creyentes e increyentes, de practicantes y de alejados, de matrimonios bendecidos por la Iglesia y de parejas en otra situación social… Mientras nosotros seguimos clasificando a sus hijos, Dios nos sigue esperando a todos, pues no es propiedad de unos o de otros. Es Padre de todos. 

Posiblemente tu familia estará formada por personas con distintas ideologías y diversas formas de dirigirse a Dios, con distintas experiencias de fe y vivencias religiosas personales. Son bastantes las personas que, a lo largo de estos años, se han alejado de Dios, casi sin advertir lo que realmente estaba ocurriendo en sus vidas. Hoy Dios les resulta un “ser extraño”. Cuando entran en una iglesia o asisten a una celebración religiosa, todo les parece artificial y vacío. Lo que escuchan se les hace lejano e incomprensible. 

Y, sin embargo, esas mismas personas en cuya vida apenas hay experiencia religiosa, andan con frecuencia a la búsqueda de paz interior, de profundidad, de sentido. Más aún, aunque ya no creen en “en el Dios de su infancia”, acogerían de nuevo a Dios si lo descubrieran como Realidad gozosa que sostiene, alienta y llena todo de vida; como Alguien cercano que les quiere y no está al margen de lo que viven en su día a día. 

Esto es la Cuaresma. Un tiempo donde no se aplican “pruebas” y “garantías” para tener seguridad sino un tiempo para dejarse llenar de la presencia de Dios, un tiempo para redescubrirle. Dios está mucho más cerca de lo que sospechamos. Está dentro de cada uno de nosotros. Si nos abrimos, Él no se cerrará. Si lo escuchamos, Él no callará. Si confiamos, Él nos acogerá. Si nos entregamos, Él nos sostendrá. Si nos dejamos amar, Él nos salvará. 

Tal vez la experiencia cuaresmal, sea aprovechar este tiempo para encontrar de nuevo a Dios. Tiempo para sentirnos a gusto con Él y percibirlo como presencia amorosa que nos acepta como somos. 

Cuando sabemos lo que es sentirse a gusto con Dios a pesar de nuestras negatividades y mediocridades, difícilmente nos abandonamos. Recordemos en este tiempo cuaresmal, las palabras de Jesús a la samaritana: “Si conocieras el don de Dios… le pedirías de beber y Él te daría agua viva”. Dios es un regalo para quien lo descubre. Ojalá sepamos construir comunidades abiertas que saben comprender, acoger y acompañar a quienes buscan a Dios entre dudas e interrogantes. 

Que éste sea un tiempo donde eliminemos barreras y tendamos puentes, en el que sepamos ofrecer amistad y descubramos al Dios que con ternura nos abraza a todos. 

Un abrazo, 

Fernando Jordán Pemán 
Sacerdote Iglesia católica romana
Párroco Inmaculado Corazón de María
Jaca



1 comentario:

  1. Reflexión sencilla, no hace falta más para decir TANTO, en pocas líneas. Cada párrafo está escrito tocando la realidad
    Gracias D.Fernando por su Carta Cuaresmal

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