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jueves, 15 de octubre de 2015

15 OCTUBRE: EN LA FIESTA DE TERESA DE JESÚS

SONETO A SANTA TERESA DE JESÚS

NOTA PRELIMINAR

Este soneto a Santa Teresa salió publicado hace un mes, y se puede leer en Lazcano, Rafael, “Presencia de Santa Teresa de Jesús (1515-.1582) en la Orden de San Agustín”, en Campos y Fernández de Sevilla, F. Javier, (coord.), El mundo de los difuntos: culto, cofradías y tradiciones. Actas del Simposium (xxiii edición), San Lorenzo del Escorial, 3 al 6 de septiembre de 2015. (Col. del Instituto Escurialense de Investigaciones Históricas y Artísticas, 49). Ediciones Escurialenses. San Lorenzo de El Escorial 2015, 823-844: 843.

Don Rafael Lazcano lo leyó ante el pleno del citado Simposio con las siguientes palabras introductorias: «Como colofón a este humilde trabajo, a petición de quien suscribe, mi amigo Pedro Langa, con alma de poeta y corazón agustiniano, escribió complacido en bellos versos el soneto que va a continuación, fiel reflejo de su simpatía y devoción ferviente hacia Teresa de Jesús, siempre inquieta, como las estrellas que nos iluminan, y sin rival en la vida interior de amor» (842-843).

Nuestro común amigo agustino Pedro Langa Aguilar ha querido ahora compartir con los miles y miles de seguidores de nuestro Blog este homenaje poético a la Santa de Ávila ofreciendo para la ocasión estas inéditas PISTAS PARA UNA CORRECTA INTERPRETACIÓN DEL SONETO que incluimos al final del soneto.


TERESA DE JESÚS, MADRE Y DOCTORA

Andariega de sendas y caminos 
a la forja de nuevos palomares, 
vas de día y de noche abriendo hogares 
entre alforjas y dardos repentinos.

Los odres nuevos de tus nuevos vinos 
vuelven inconfundibles tus andares.
Amada del Cantar de los Cantares: 
Carmelo y pluma se te harán divinos.

¿Qué más darás a Dios viviendo así,
como no sea en su bondad perderte
para volver a descubrirlo en ti?

Novia del gran Amor y fundadora, 
tu inquieta vida se hace viva muerte,
Teresa de Jesús, madre y doctora.

Pedro Langa Aguilar, OSA
Madrid: 20-5-2015
Año jubilar teresiano


PISTAS PARA UNA CORRECTA INTERPRETACIÓN DEL SONETO

Desde el principio hasta el fin, predomina latente el espíritu de santa Teresa de Jesús sobre dos ejes conductores: inquietud biográfica y vida interior. Si en lo primero la Santa brilló esplendorosa, en lo segundo tocó cimas inaccesibles al común de los mortales. El soneto ha sido compuesto utilizando mayormente, como material de redacción, palabras extraídas del léxico teresiana.

1.- Inquietud biográfica: Discurre mayormente por los cuartetos de la composición poética. Dicha inquietud biográfica, tan agustiniana por otra parte, se deja traslucir a través de puntuales detalles: 
  • a) Por su incesante viajar (Andariega de sendas y caminos / vas de día y de noche abriendo hogares). En tartana o a pie, dichos versos apuntan a un movimiento de mujer ocupada.
  • b) Por un viajar, el suyo, puesto al servicio del carisma reformador del Carmelo y traducido en el hecho de acometer nuevas fundaciones (a la forja de nuevos palomares [sus conventos, se dice, eran como palomarcitos…]; ella quería que sus conventos fueran hogares).
  • c) Por el empeño en sacar las fundaciones adelante colaborando con la gracia, es decir: entre intensos trabajos (entre alforjas [de viaje]) y golpes de transverberación (dardos repentinos).
  • d) Por imprimir un nuevo sesgo a la vida del Carmelo (Los odres nuevos de tus nuevos vinos), a consecuencia de su vocación reformadora. De suerte que:
  • e) Su estilo reformador es el que le hace a la Santa adoptar un nuevo aire de comportamiento en su conducta de movimientos y de trato (vuelven inconfundibles tus andares: dicen los biógrafos que a santa Teresa se la conocía incluso por detrás, “por el cernidillo en el andar…”).
  • f) Mas como en ella todo lo externo era producto de su vida interior, de ahí que la Santa sea la clásica amada piropeada [oración contemplativa] y buscada por el Amado (descripción del Cantar de los Cantares). Y como consecuencia de ese interior lleno de requiebros y epitalamios, lo mismo el Carmelo (fundaciones y vida en él) que la pluma (escritos-cartas) se harán en ella divinos (Carmelo y pluma se te harán divinos). Por eso, pues, dicha inquietud se dejará también notar por:
  • g) Vivir el Carmelo (por dentro: el Carmelo de la reforma) y…por:
  • h) Su estilo eclesial de escritora incomparable (lo avala el último verso del soneto: madre y doctora)

2.- La vida interior: En la composición poética de los sonetos, construcciones al fin y al cabo muy difíciles por aritméticas después de todo, ya que hay que conjugar rima y ritmo, el salto de los cuartetos a los terceros es un lanzarse al vacío que puede a veces desquiciar al sonetista. Veamos por partes:
  • a) En esta ocasión, el salto viene dado gracias a la ayuda impagable de la vida interior (en la que abundarán los dos tercetos). Entiende su autor haberlo conseguido esta vez echando mano de la figura retórica del oxímoron [procedimiento retórico que consiste en unir palabras de sentido aparentemente contradictorio (viva muerte – en su bondad perderse)], del que tanto usaron y hasta abusaron a veces los Místicos del siglo XVI.
  • b) El interrogante del primer terceto pretende reflejar la perplejidad del sonetista: (¿Qué más darás a Dios viviendo así…, que no le estés ya dando desde tu vida consagrada por los votos y el cumplimiento del carisma fundacional? Y, sin embargo, Dios pide y pide, a lo cual el alma replica con un sigue y sigue…).
  • c) El autor desliza un avance de respuesta con ayuda del oxímoron: la Santa sí podrá todavía dar más; sí podrá aumentar aún su entrega. Con una condición: basta, como san Agustín dice tantas veces, con que no le pida nada (y solo pido no pedirte nada), sino solo perderse toda en su divina bondad, y, en dicha divina bondad perdida, volver a encontrarse ella [el alma] a sí misma en Él. ¿Cómo? Encontrando y descubriendo la razón de su alma, es decir: a Él (como no sea en su bondad perderte / para volver a descubrirlo en ti).
  • d) El último terceto afronta de nuevo los dos polos sobre los que el soneto gira, pero esta vez cambiado el orden: primero la vida interior, y en segundo término la inquietud biográfica resumida en las fundaciones (Novia del gran Amor y fundadora).
  • e) El oxímoron alcanza su clímax retórico en el penúltimo verso (tu inquieta vida se hace viva muerte). Es el tope, la plenitud, el resumen del soneto entero.
  • f) La singladura poética rinde su final, como la espuma de las olas que se diluye en la orilla de la playa, con ese título que el pueblo llano siempre utilizó para referirse a la Santa: Teresa de Jesús. Y a su vera –no en vano celebramos el Año del jubileo teresiano-, con el otro añadido, grandioso y coral, reciente por lo demás, que la Iglesia católica le otorgaba el 27/9/1970: madre y doctora. Lo de madre y doctora discurre acorde con el patrístico padre y doctor. Feliz iniciativa, pues, la del beato Pablo VI. 

Pedro Langa Aguilar, OSA
15 de octubre de 2015
Festividad de Santa Teresa de Jesús






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