Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

domingo, 25 de enero de 2015

25 de enero. Reflexión del Prof. Dr. Pedro Langa Aguilar, OSA

Hoy festividad de la conversión de San Pablo termina el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos y nosotros con ello concluimos con la publicación de las reflexiones del profesor Dr. Pedro Langa, que nos han acompañado durante estos ocho días, agrdecerle su importante colaboración y transmitirle nuestra gratitud y afecto.
Desde mañana vamos a publicar tres artículos sobre lo que es esta semana escritos por un monje trapense, un cardenal y un obispo, estad atentos.


VIVIR LO QUE SE PREDICA

Domingo, 25 de enero del 2015.- « Muchos creyeron movidos por el testimonio de la Samaritana» (Juan 4, 39). Transformado su corazón, esta sale a misionar. Anuncia a su gente que ha encontrado al Mesías. El Evangelio aclara que muchos creyeron en Jesús movidos por el testimonio de esta mujer. La fuerza de su testimonio surge de la transformación de su vida a raíz del encuentro junto al pozo de Jacob en Sicar. Gracias a su actitud de apertura, nuestra despierta mujer reconoce en aquel extranjero, judío por más señas, « un manantial capaz de dar vida eterna » (Juan 4, 14). La misión es un elemento clave de la fe cristiana, por supuesto. Todo cristiano está llamado a anunciar el nombre del Señor. El papa Francisco dijo hace poco a los misioneros: « adondequiera que vayáis, os hará bien pensar que el Espíritu de Dios siempre llega antes que nosotros ». Nos primerea, como él mismo suele decir con este neologismo tan suyo. Es decir, se nos adelanta en la tarea. Misionar no es, desde luego, hacer proselitismo, sino responder a la exigencia fundamental del Evangelio, en sí mismo gracia que se difunde comunicativa y enriquecedora entre quienes de ella carecen. Los que de veras anuncian a Jesús se acercan a los demás mediante un diálogo cordial, abierto, comprensivo y respetuoso de las diferencias. Nuestra misión exige que aprendamos a beber el agua viva sin tomar posesión del pozo. Por de pronto el pozo no nos pertenece. Lo que hacemos no es, a la postre, sino sacar vida del pozo, de ese pozo de agua viva que nos ha dado Jesús. Termina hoy el Octavario 2015. Queda convocado –suelen decir quienes abren y cierran actos de entrega de premios- el de 2016. Nos interpela con la novedad de siempre --cabría matizar oportunamente--, un Octavario sin fechas, aquel cuya virtud tampoco se atiene a las estaciones ni a los sucesivos tiempos litúrgicos, por el sencillo motivo de que su interpelación es incesante.

Nuestra misión debe ser una labor testimonial de palabra y a la vez de obra, un intento de vivir lo que se proclama. Fue el beato Pablo VI quien se arrancó de pronto un buen día con aquella frase suya que sigue vigente, y a la que tanto se recurre: el mundo de hoy hace más caso a los profetas que a los maestros. El arzobispo brasileño Helder Cámara, por ejemplo, abundó en dicho pensamiento al decir que muchos se habían vuelto ateos al sentirse decepcionados por personas de fe que no viven lo que predican. Las sectas, a la postre, actúan y se abren justamente donde hay un vacío pastoral. La Samaritana movió a su comunidad a creer en Jesús porque sus hermanos y hermanas pudieron percibir la coherencia entre sus palabras y su transformación. Si nuestras palabras y nuestro testimonio son auténticos, el mundo prestará atención y creerá. « ¿Cómo van a creer en él si no han oído su mensaje? » (Romanos 10, 14). ¿Y cómo van a creer si los predicadores del Evangelio están divididos? ¿Relación entre misión y unidad? Total ella. Dios, fuente de agua viva, haga de nosotros testigos creíbles de unidad por medio tanto de nuestras palabras como de nuestras acciones. Ayúdenos Él a comprender que no somos dueños del pozo, en absoluto. Es este momento final la oportunidad de invocar el don de sabiduría para reconocer y agradecer su gracia en los demás. Sólo Él puede transformar nuestros corazones y nuestras vidas convirtiéndonos en auténticos portadores de la Buena Noticia. Sólo Él conducirnos al encuentro con el otro como un encuentro con El. Al fin y al cabo, el ecumenismo es unidad en y del Espíritu Santo.


Pedro Langa Aguilar



Con este domingo, fiesta de la Conversión de San Pablo, se termina oficialmente la Semana de Oración por la Unión de los Cristianos pero no se debe terminar a nivel personal. A lo largo del año, acordémonos en nuestra plegaria de esta intención que responde al pensamiento de Jesús: “Que todos sean uno”. Junto a la oración, pongamos también nuestra diaria relación fraterna con todos aquellos que son de otra religión o confesión cristiana.



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