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lunes, 18 de agosto de 2014

Diálogo Interreligioso: Un nuevo gesto

Francisco a los lí­deres religiosos: somos, nos reconocemos y caminamos como hermanos.

En el quinto y último dí­a del viaje apostólico a Corea, el Papa se reunió con los lí­deres de distintas confesiones y religiones.


El papa Francisco inició su última jornada del viaje apostólico a Corea con un breve encuentro con los líderes coreanos de distintas confesiones y religiones. El Papa llegó a la catedral de Myeong-dong en torno a las 9’00 horas, fue recibido por el Rector delante del edificio de la vieja Curia. Allí, en una sala, fue saludado a los distintos líderes religiosos. Francisco, muy sonriente, dió la mano a cada uno de ellos, e intercambió unas breves palabras y así mismo recibió algunos presentes.

Finalmente, el Santo Padre les dirigió unas palabras de forma improvisada, en español, mientras lo traducía al coreano un sacerdote que se encontraba junto a él. "La vida es un camino, un camino largo, pero un camino que no se puede caminar solo, se tiene que caminar con los hermanos en la presencia de Dios". También les agradeció "este gesto de caminar juntos en la presencia de Dios, que fue lo que le pidió Dios a Abraham". Y así, ha reconocido que "somos hermanos, nos reconocemos como hermanos, caminamos. Que Dios nos bendiga y por favor les pido que recen por mí".

La reunión en Seúl del papa Francisco fue con una docena de líderes de diferentes religiones. Su última jornada de una visita de cinco días a Corea del Sur, que concluyó con una misa por la paz y la reconciliación en la catedral de la capital.

El pontífice se citó en una sala de la catedral de Myeongdong con líderes de las dos principales órdenes del budismo -la religión con mayor número de fieles en el país- y con los del resto de religiones con presencia importante en el país, como protestantes, ortodoxos y confucianistas. El encuentro comenzó con saludos e intercambios de palabras entre el papa y cada uno de los líderes, que le entregaron cruces y otros obsequios. Para concluir el encuentro, todos se realizaron una foto de grupo. 

Tras esa primera cita, Francisco ofició en la catedral la misa por la paz y la reconciliación, la última ceremonia religiosa que puso fin a su visita a Corea del Sur. Aproximadamente un millar de personas asistieron a esta misa, a la que estaban invitados 700 miembros y empleados de las 16 diócesis de Corea del Sur, que reúnen a 5,4 millones de católicos. Entre los invitados especiales se encontraban, entre otros, la presidenta Park Geun-hye, 50 estudiantes de secundaria -"el futuro de la Iglesia y la sociedad" según los organizadores-, 8 inmigrantes que representan a las familias multiculturales y 7 ancianas víctimas de la esclavitud sexual del Imperio Japonés durante la II Guerra Mundial. Cinco refugiados norcoreanos y cinco familiares de ciudadanos secuestrados por Pyongyang participaron en esta ceremonia dedicada principalmente a promover el entendimiento y la unificación en la dividida península coreana.


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