Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

miércoles, 16 de junio de 2010

¿DÓNDE FUERON A PARAR NUESTROS VALORES?

¿Dónde fueron a parar nuestros valores?

Vivimos en un mundo bastante contradictorio, por una parte, nuestra sociedad intenta recuperar esos valores que prácticamente hemos perdido, sin embargo y paradójicamente, no deja de influenciarnos hasta la saciedad a través del materialismo (especialmente ahora con motivo de la crisis económica en la que nos vemos sumergidos).
Y preguntó: ¿dónde quedaron esos valores que con tanta paciencia y cariño nos enseñaron de pequeños? Saludar, agradecer, ceder el paso, respetar…algo que muchas personas (no sólo jóvenes) dejaron en el recuerdo.
Esta crisis de valores en la que estamos inmersos, no significa una ausencia de ellos, sino la necesidad de saber orientarlos a la hora de poder tomar decisiones en la vida.
Nuestra excusa siempre es echar balones fuera: la culpa, responsabilidad etc. recae sobre los demás, pero y la nuestra ¿dónde se queda? ¿Qué estamos haciendo con nuestros niños, jóvenes y menos jóvenes…?
El ser humano ha dejado de lado la ética por una parte y la moral por otra. La ética porque es la que estudia el comportamiento moral de la persona y la moral, las normas que hacen posible una convivencia en una sociedad civilizada.
Por alguna razón, estamos centrando nuestra existencia en la comodidad, en el tener, y no en el ser. Nos limitamos a ser y dejarnos manipular como marionetas, pero parece no importarnos excesivamente o no ser demasiado conscientes de donde nos puede conducir esto en unos años.
Las personas necesitamos dar un sentido a nuestra existencia y ¿donde lo encontramos? Se encargan y nos dirigen para que fijemos nuestra mirada en futbolistas, famosos, publicidad, ordenador… y lo peor de todo es que parece sentirnos orgullosos ante este rumbo escogido ya que nada o poco se hace por cambiar.
Este sentido que queremos darle a la vida es efímero, el verdadero sabemos que está en el saber ser personas autenticas e integras, teniendo la suficiente libertad como para poder dirigir nuestra vida, pero ¿somos lo suficientemente libres para no dejarnos manipular en una sociedad como la que nos encontramos inmersos? O quizá nos resulte más cómodo “pasar de todo”.
En tus y nuestras manos está el futuro de las próximas generaciones…
Ana Bou.
publicacdo en su blog "Un minuto para el encuentro"

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo, Ana. En nuestras manos está el futuro de la nuevas generaciones … Pongámonos en marcha. Reactivemos esos valores, eduquemos en ellos.
    Educar en valores es participar en un auténtico proceso de desarrollo y construcción personal. Una participación en un lenguaje el educativo, que consiste o debiera consistir en crear condiciones pedagógicas y sociales para que dicha construcción se lleve a cabo de una forma óptima.
    Por tanto es en cierta medida "pragmatizar" y articular en las relaciones sociales y en las instituciones lo que se nos viene diciendo, hace ya muchos años, desde la moral, la filosofía, hasta la “política” y por supuesto el derecho.
    Con ello se abre la posibilidad de mirar de una forma más completa, mas racional, también, y por tanto más compleja todos los procesos educativos. Estos no deben restringirse a la preparación en determinados saberes, sino que ante todo deben comprenderse como procesos de formación de una cultura ante todo ética, ciudadana, plural, democrática y solidaria. Educar en valores hoy es formar ciudadanas y ciudadanos auténticos que sepan asumir conscientemente los retos de la globalización y puedan comprometerse en la construcción de un mundo más justo, más inclusivo, equitativo e intercultural.
    Sin embargo, la propuesta de educación en valores, no puede ser estrictamente pedagógica. En la discusión filosófica contemporánea cada vez aparece de forma más clara la pertinencia de la reflexión sobre los temas de la filosofía práctica, es decir, sobre la moral, la ética, la democracia, la ciudadanía y los valores. Y entre estos valores no podemos excluir en conjunto los valores cristianos emanentes del Evangelio.
    Marta

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